Un espacio para recuperar la soberanía de nuestro cuerpo de mujer, escuchándolo y atendiéndolo como merece; en la geometría sagrada del círculo.

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Un tiempo para recordar a la Mujer Salvaje, la Mujer Tierra, la Mujer Árbol, la Mujer Lunar que somos; Habitando cada rincón de nuestro cuerpo, honrando a nuestro sagrado Útero; 

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Un viaje hacia nuestra esencia más pura y auténtica; para volver a sentir el gozo de estar vivas y recuperar la magia en nuestras vidas; limpiando y activando el canal cielo-tierra que somos, conectando los genitales, el útero y el corazón. Es necesario recordar y encarnar nuestro divino y sagrado femenino, en armonía con nuestro divino y sagrado masculino.